Final del Juego, obra escrita por Julio Cortázar, uno de los más brillantes escritores latinoamericanos, que se caracteriza por el uso de la fantasía, el humor, la imaginación creadora y el manejo magistral del lenguaje, da pie para la propuesta teatral que PentaDrama presenta todos los sábados de agosto, a las 6 p.m., en la sala Escena 8.
En la puesta en escena se enfrentan dos espacios que muestran las dos caras de la vida durante la niñez, La Casa, lugar de deberes, tareas, normas, reglas, angustias, regaños, castigos y El Reino, el espacio de los juegos, la libertad, creatividad, alegría, la imaginación. Espacios que nos acompañarán por largo tiempo, aunque, tarde o temprano, la Casa termine ganándole terreno al Reino y llega el final del juego.
En El Final del Juego la propuesta escénica hace de la música un elemento importante dentro de la obra ya que se usan diversos ritmos y canciones venezolanas para ir describiendo las etapas por las que pasan los personajes a lo largo de la pieza.
El Final del Juego que nos presenta PentaDrama recrea un pueblo de la provincia venezolana –que igualmente podría se cualquier pueblo latinoamericano donde pasa un tren- donde tres muchachas adolescentes descubren el interés por el sexo opuesto con la llegada inesperada de un joven. Cada una de ellas aborda el conflicto de forma diferente pero todas saben en silencio que de ahora en adelante nada podrá será igual dentro de ellas ni entre ellas.
La propuesta dramática que hace la Directora, Nathalia Paolini, se basa en el trabajo de las actrices y actores sobre sus personajes, que más allá de las palabras se comunican con gestos, miradas, la expresión toda de su cuerpo, incluso con sus limitaciones.
En la obra se intenta poetizar el momento en que un niño deja de serlo para pasar a otra etapa de la vida, momento que puede doler y que luego recordamos con nostalgia.
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